La conquista de México por Hernán Cortés

Representación de la conquista

El 13 de agosto de 1521 Hernán Cortés conquistaba Tenochtitlán (actual ciudad de México), capital del imperio azteca o mexica. La expedición partió en febrero de 1519 hacia la zona de Yucatán. Eran unos 50 soldados y 50 marineros, que nominalmente dependían del capitán de Cuba, Diego Velázquez. Un personaje destacado fue Jerónimo Aguilar, antiguo cautivo que había aprendido la lengua de la zona y sirvió de intérprete. Igualmente, tras la batalla de Cintla obtuvieron la ayuda de Malinche (indígena que mantuvo una relación con Cortés) y que hablaba el náhuatl (idioma de los aztecas) a la perfección. A mitad de viaje Cortés fue nombrado capitán por la expedición, lo que implicaba que ya no dependía de Diego Velázquez, en Cuba; y podría conquistar nuevas tierras para la Corona de Castilla.

Hernán Cortés logró aunar el descontento de ciertos pueblos dependientes de los aztecas, disgustados con el control que ejercían sobre ellos, como Tlaxcala y Cempoala, que se aliaron con él. Por otro lado, cuenta la leyenda de que existía un mito entre los aztecas sobre la llegada del dios serpiente-pájaro Quetzalcóatl, que volvería y se haría con el poder mexica. Así, el emperador azteca Moctezuma recibió con embajadas y regalos a los españoles, cuyas noticias ya habían llegado a muchos, por su empleo de la pólvora y el uso de caballos (desconocidos entonces en América). Por ello, decidió agasajarlos y llevarlos a su capital, Tenochtitlan, situada en medio de un lago. La desconfianza de Cortés por los indígenas les llevó a ejecutar una matanza de grandes proporciones durante en el trayecto, en la ciudad de Cholula. Con ello sembraron el miedo entre los indígenas, que siguieron enviándoles regalos para tratar de detener su ira (quizás influidos por el mito de la vuelta de Quetzalcóatl, ya que no querrían causar el descontento de un dios). Por ello, en noviembre de 1519 llegaron a la capital mexica. Posteriormente, capturaron a Moctezuma y, a través de él, se hicieron en cierta medida con el control de la capital.

Sin embargo, Diego Velázquez, que vio el nombramiento de Cortés como capitán como una traición, envió una expedición contra ellos (encabezada por Pánfilo Narváez). Sin embargo, fueron derrotados y muchos de sus hombres pasaron a las fuerzas de Cortés. La expedición de Narváez trajo la viruela (que diezmó a los aztecas, que no tenían anticuerpos frente a esa enfermedad) y convenció a los aztecas de los planes perversos de Cortés. Algunas matanzas realizadas por los hispanos a ciertos cargos religiosos enfurecieron a la población, que estaba descontenta con Moctezuma (al cual asesinaron) y con los hispanos, que tuvieron que huir en la llamada Noche Triste (1 de julio de 1520) de Tenochtitlan. Los aztecas se reorganizaron y plantaron cara a unos 400 soldados hispanos y 200 tlaxcaltecas en la batalla de Otumba (7 de julio). Las fuentes de la época mencionan que los indígenas eran unos 40.000, pero quizás las cifras están infladas para acentuar la victoria de Cortés. En cualquier caso, eran bastante superiores en número. Tras la victoria, Cortés asedió Tenochtitlan, que sufría enormes bajas por la plaga de viruela, disturbios… y una situación crítica. La huida de su nuevo emperador, Cuauhtémoc, que fue capturado por los hispanos, propició la toma de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521. La zona sería incorporada a la Corona de Castilla y formaría un virreinato, el Virreinato de Nueva España.

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