La octava cruzada (1270)

El 25 de agosto de 1270 concluía la octava cruzada. Las cruzadas fueron enfrentamientos entre cristianos y no cristianos, que se produjeron tanto en Próximo Oriente (en la zona de la actual Israel-Palestina) como en las áreas de expansión del cristianismo (como, por ejemplo, la península ibérica, frente a los musulmanes, o el este de Europa, frente a pueblos paganos).

Las primeras cruzadas se produjeron en el siglo XI y el ideal cruzado perduró incluso hasta la Edad Moderna, convocadas por los papas y evocadas por monarcas como Carlos I de la Monarquía Hispánica. Los autores suelen numerar únicamente las cruzadas principales que actuaron frente a los musulmanes en la parte oriental del mar Mediterráneo (con luchas en Jerusalén, Egipto, Damieta…), en la Edad Media.

Concretamente, la octava cruzada se produjo por iniciativa de Luis IX, rey de Francia, que quería lograr algunas victorias para el cristianismo tras la pérdida definitiva de Jerusalén en 1244 ante los turcos jwarizmíes contratados por las dinastías egipcias (la ciudad había sido cedida en 1229 a Federico II, emperador del Sacro Imperio, en un acuerdo firmado entre él y al-Kamil, gobernante de Egipto y descendiente de Saladino). El propio Luis IX ya fracasó en la séptima cruzada sobre Egipto, ante la defensa que hicieron los esclavos mamelucos, que servían como guardia a los líderes políticos egipcios. De hecho, los esclavos mamelucos se hicieron con el poder, y uno de sus sultanes, Baibars, emprendió numerosas campañas contra los territorios cristianos, que disminuyeron considerablemente los territorios que aún poseían en zonas del Levante Mediterráneo. La cruzada de Luis IX, que marchaba en inicio hacia Egipto, terminó dirigiéndose hacia Túnez, donde no gobernaban los mamelucos de Egipto, sino otra dinastía independiente, los hafsíes.

El rey francés estuvo acompañado en la expedición por Carlos I de Anjou, rey de Nápoles, Teobaldo II, rey de Navarra y señores feudales poderosos del momento. Luis IX pretendía lograr la conversión al cristianismo del líder político de Túnez, al-Muntansir. Sin embargo, los tunecinos se defendieron, y el clima y las enfermedades hicieron el resto. El propio Luis IX, posteriormente considerado como san Luis, falleció en la campaña tal día como hoy, 25 de agosto, lo que supuso el fin de la misma y el fracaso de los cristianos. Esta fue considerada una de las últimas grandes cruzadas en Oriente.

Podéis ver la publicación original en Instagram:

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